Ley de Wolff para las artes marciales
Publicado por Bando México en
Como artistas marciales, sabemos que recibir golpes y dar golpes es nuestro pan de cada día, pero conforme pasa el tiempo, podemos observar que nuestro umbral del dolor va aumentando cada vez más y nos volvemos personas más resistentes a todo tipo de golpes. Los que hemos entrenado toda nuestra vida a veces ya no notamos la diferencia, en mi caso por ejemplo, hace muchos años que no veo un moretón en mi cuerpo a pesar de las patadas, codazos, golpes, cabezazos que normalmente en mis clases recibimos. Cuando esto pasa nos preguntamos ¿se puede endurecer un hueso?, ¿me he vuelto más resistente al dolor?, ¿me volví más fuerte o ya me acostumbré?, entre otras preguntas que seguramente nos hemos hecho.
Esto tiene una explicación científica, conocida como la Ley de Wolff, que a describiremos a continuación:
Julius Wolff, cirujano alemán, nació el 21 de marzo de 1834, estudió medicina en la Universidad de Berlín. Se graduó en 1860 bajo la tutoría de von Langenbeck. De inmediato estableció una clínica de ortopedia en la calle Markthallenstrarse. En 1868 fue doctor habilitado para cirugía, y en 1871 declarado "lecturer" de ortopedia. Más tarde, en 1884, "Profesor extraordinario".
Un postulado importante fue:
"Si un hueso deforme, es rectificado y se restaura su función normal, toda su estructura retorna a su forma original -normal".
Es decir, que aplicando la tensión-esfuerzo e implementando una dirección anatómica (normal) la estructura ósea puede recuperar su forma y funcionalidad original, por ejemplo: Cuando te rompes un brazo en 2 partes, puedes recuperar su forma, fuerza y dureza ósea siempre y cuando se aplique cierta tensión para volver a unir los dos fragmentos, en este caso puede usarse yeso o en casos más difíciles se recomienda el uso de tornillos y placas ortopédicas.
El segundo postulado de Wolff es el fundamento de su Ley. Observen su desarrollo y genio sin el auxilio de los Rayos X, ni otros elementos de juicios actuales.
"Si un hueso normal es cargado -esfuerzo- en una nueva dirección, su estructura y forma cambia con su nueva función".
Lo que significa que el hueso tiende a cambiar de forma estructural como adaptación a las demandas mecánicas a las cuales se exponga, por ejemplo: los nudillos, espinillas, cráneo, codos, etc... pueden deformarse y adaptarse a las nuevas exigencias funcionales, en nuestro caso son; los golpes y la resistencia a estos.
En muchas artes marciales se busca aumentar el poder del golpe por medio de esta ley, y es lo que les permite romper objetos duros, o bien, se adquiere con la práctica y el entrenamiento. El hueso, al sufrir las microtraumas, obviamente sufre pequeños daños estructurales, pero estos se regeneran, volviendo a las trabéculas (estructuras que conforman el hueso esponjoso), más densas y fuertes.
El tejido óseo es una variedad de tejido conjuntivo cuya estructura es más dura y sólida por contener sales de calcio. Constituye la base histológica de los huesos que constituyen el esqueleto humano y que forman parte del aparato locomotor. Los huesos están cubiertos externamente por una finísima capa blanquecina de tejido conjuntivo muy vascularizado denominada periostio, recorrido por una extensa red de capilares y terminaciones nerviosas, que penetrando hacia el interior por los orificios nutricios, nutren e inervan al tejido y a todos los componentes del hueso. El periostio es el responsable del crecimiento en grosor de los huesos y consta de una capa interna y una externa.
Relativo al crecimiento en espesor del hueso, que afecta a crecimiento a través del periostio, y también a nivel de la apofisis. En un hueso, aquellas partes sometidas a presión crecen más, las no sometidas crecen menos, es decir, las zonas del periostio sometidas a mayor presión o tracción fabrican hueso a mayor ritmo que las menos comprimidas.
El cambio de forma que sufre una trabécula se da mediante dos procesos:
Crecimiento por aposición. Los osteoblastos se encargan de depositar laminillas de forma sucesiva en la zona donde existe el efecto mecánico.
Remoción del tejido óseo. Los osteoclastos se encargan de remover el tejido óseo de las trabéculas en las zonas donde no existe ningún tipo de compresión (efecto mecanico).
Por lo tanto las partes del cuerpo que han sido sometidas a estos microtraumas (por efectos mecánicos) serán más gruesas y fuertes y permitirán realizar entrenamientos más intensos, aumentando la potencia.
Sin embargo, este entrenamiento para fortalecer los huesos debe de hacerse con un entrenamiento progresivo, golpeando cada vez cosas más duras, pero teniendo siempre conciencia de que golpear cosas duras como la pared, bloques de cemento, ladrillos, tablas, etc... pueden provocar lesiones graves, sobre todo si al golpearlas hay un exceso de fuerza o golpeamos incorrectaente. Derivado de un mal golpe o un golpe muy fuerte puede ocasionarnos fracturas graves, cortes, hematomas (muchos de ellos pueden llegar a provocar un embolia si no se tratan correctamente), alguna lesión en los nervios, articulaciones, ligamentos o tendones. NO sirve solamente pegarle a cosas duras para fortalecernos, lo importante es una buena técnica, fuerza progresiva, calentamiento y supervisión.
Recomiendo el entrenamiento de "hardening" que en Bando y en muchas artes marciales realizamos, que consiste en golpear y recibir golpes de manera progresiva y subiendo la fuerza poco a poco, a un compañero, golpes al pecho, estómago, brazos, patadas a las espinillas, muslos y al área abdominal. De tal manera que vamos conociendo nuestra resistencia, aumentamos el umbral del dolor y nos endurecemos a partir de la Ley de Wolff.
Sayama.
1. Hernández J. (2011), La Ley de Wolff, CIMEQ, https://articulos.sld.cu/cimeq/?p=5569
2. Alas (2015), EL viaje biológico, la Ley de Wolff, http://viajebiologico.blogspot.com/2015/09/la-ley-de-wolff-y-el-poder-del-golpe.html
3. Labandeira T. (2013), ¿Se puede endurecer un hueso para patear más duro?, https://www.entrenamiento.com/mas-deportes/artes-marciales/se-puede-endurecer-un-hueso-para-patear-mas-duro/
4. Angulo T, Dobao C. (2010), Biomecánica Clíica, http://www.revistareduca.es/index.php/reduca-enfermeria/article/viewFile/262/285